17 de febrero de 2015
Exilio
Los rostros de mi exilio
se parecen a un invierno nuclear
de pactos en épocas de desarme.
eso hay que pensar cuando peregrino
de todos ellos
y termino acá en el lado B
del cassette de mi lengua.
En el interno
caen miradas-conceptos como si el verano
fuera metáfora de algo
y no solo eso
sino mas.
en el externo
un circo:
yo busco que me descifren
el próximo movimiento,
que me encuentren,
y que al final
escape.
(Y entonces los ilusionistas
se me ríen en los pasillos.)
hoy leeré este libro
esta cárcel,
“La ciudad”
escrito por/en la noche
y me llenare de capítulos
que rimen con la saliva.
Guardare pasajes encandilados
alumbrados públicos literarios
retazos con que vestirme.
Todo será inútil
pero necesario.
Mi cuenta final
son las latitudes
con las que me encuentro.
Mi cuenta final
son las latitudes
con las que no me encuentro.
Con las que pierdo rumbo
y caigo otra vez
en mi cama
que es también
un rostro del exilio.
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