"Podría empapelar mi habitación con todas las palabras que me dijiste la
última vez que nos vimos. Darme un atracón, comprarme unos binoculares
para verte mejor, hacer “sapito” con una piedra en tus lagunas mentales.
Nuestro amor nunca fue un éxito de taquilla pero siempre salimos a
flote, incluso en esos momentos en que éramos tan pobres que soñábamos
lo mismo. Deshilachados, caídos, gastados; los breteles de tu alma
hablaban por sí solos."
Nicolás Igarzábal - Binoculares
Desde una costa de la vereda se hacen fiesta las calles; ni enterados como señuelos de verano quedamos mudos y un poco impávidos. Se juntaron los bichitos y pintó orquesta y arreglo coral. Algo dicen de no pisarse alas, del viento, de los pies de los gigantes y de enamorarse para poder apolillar en la costanera, espacio predilecto del amor artrópodo.
Nicolás Igarzábal - Binoculares
Desde una costa de la vereda se hacen fiesta las calles; ni enterados como señuelos de verano quedamos mudos y un poco impávidos. Se juntaron los bichitos y pintó orquesta y arreglo coral. Algo dicen de no pisarse alas, del viento, de los pies de los gigantes y de enamorarse para poder apolillar en la costanera, espacio predilecto del amor artrópodo.
Yo solo escucho la música de baile y sigo en lo mio. Miniaturas de gotero que ni asomadas a la vida duran poco poquito.
Adentro, intento de no moverse mucho, ya que
llevo, entre otros objetos: estrellas cojas, ramitas frescas, arena y un poco
de humedad; todo es un riesgo de llamador de ángeles casero, de sonajero vivo o
despiste y vuelta a comenzar.
Vos hablas soplando todo eso, haces espacio en baldosas barridas
anteriormente y te sentás y fumas (tal vez menos). Esas músicas y esos conciertos no son para vos, pensaras, continuando con todo.
Volvía solo por el camino usual (el
mismo que te dije que me prestidigita magia, o rumores de, o sentires de, o
cantares para), pensando en todo esto, como quien no quiere la cosa pensaba en el sabor de mi boca y
en tu boca y en como todo eso era un juego parecido a la antropofagia, a lo que alimenta del otro. Tiene que ver con el consumo, concluyo, asustado.
Vos en cambio tenes ese sabor... Como masticar el aire de una ciudad que delinquía contra toda la integridad emocional, o como el olor a un yuyo silvestre, y sin embargo no me bastan las palabras (porque es lo que mejor se usar, no por otra razón).
Vos en cambio tenes ese sabor... Como masticar el aire de una ciudad que delinquía contra toda la integridad emocional, o como el olor a un yuyo silvestre, y sin embargo no me bastan las palabras (porque es lo que mejor se usar, no por otra razón).
Seré una muy mala certeza, sobrevivimos humanamente a veces, de noche; pero durante el día me escabullo y me gustaría tomar esto, todo esto, desdoblarlo, hacer de todo un rompecabezas, una destrucción ludica y reirme. Regalarlo a los niños que venden estampitas en los cafés como suspiros y dejarlos reír en mil pedazos.
Leo que la mitad de las lenguas desaparecerán dentro de 100 años y pienso si la nuestra también. Esta lengua de signos y represas, bioma infalible y llano. 100 años es una eternidad y contando. Apenas llegamos a un tiempo de deudas y capturas de tiempo ligeramente ínfimas.
Te preguntaría que opinas pero vos sos poco futurologa o por lo menos siempre esperas resacas de las estrellas; y yo cargo con pocos lobos para tanta conciencia.
Soy un misionero sin misión, ni visión, ni cruz. Creo en dioses que ni confiarían en mi inexistente alma.
Lo que digo es, ¿somos? Creo que constituimos una ciudad, fantástica y aburrida a veces, nocturna sin bancos ni empresarios. Somos una ciudad sin fecha de fundación, carta orgánica o panteón. Convivo con cosas que no tienen que ver con todo esto, con la fiesta de bichos, los ruidos, las certezas y los rompecabezas. Sin embargo eso se ata a esta ciudad y tengo que confiar en el rumbo que tomo y respirando hondo imagino solo lo bueno (pero falla tanto).
Vemos. A veces, cruzándonos palabras o barcos, nos indignamos o nos amamos. O eso quiero creer, porque de cualquier modo, ya todo o nada depende de lo poco o mucho que siento y lo mucho o poco que digas al respecto, y siempre termina sobrando.
Y ahora volveré
con el perdón partido entre los dientes
tan útil como un cospel muerto.
Me volveré a guardar
En una gruta inaudita
Oculta, en los escombros de lo
Que podría haber hecho.
Todo goes wrong
Y mi yo más idiota tomó control
Como una quimera meando
La alfombra de la mente,
escuchando mi huida temí
Que fueras vos la que te ibas
Y autocumpli ese falsario
de idiotas o dementes.
Un individuo solo ante la certeza,
Estoy vaciado, asqueado
Sucio y desprolijo.
¿Que pasa, que pasa?
Que me creí un icaro
Que pasa ahora. No convertirse
En moneda de lágrimas
En vergüenza barata.
Y si pido perdón, y si nada
Es el perdón porque un arrebato
Preso de películas y un ego
Del tamaño de mi cara
Me lincho hasta tu casa
Y seguí la marea panicida
Dañandote
Hiriente
Supurante.
Este dolor es todo mio
no lo comparto ni un cacho así,
ya bastante comprendo de
tierra
mar
nubes
montañas
todo parece trascendente.
A la vuelta un pájaro muerto
Como último acto de tu magia
Para que todo tuviera sentido
Pasan los créditos
Y se cierra el telón.
Leo que la mitad de las lenguas desaparecerán dentro de 100 años y pienso si la nuestra también. Esta lengua de signos y represas, bioma infalible y llano. 100 años es una eternidad y contando. Apenas llegamos a un tiempo de deudas y capturas de tiempo ligeramente ínfimas.
Te preguntaría que opinas pero vos sos poco futurologa o por lo menos siempre esperas resacas de las estrellas; y yo cargo con pocos lobos para tanta conciencia.
Soy un misionero sin misión, ni visión, ni cruz. Creo en dioses que ni confiarían en mi inexistente alma.
Lo que digo es, ¿somos? Creo que constituimos una ciudad, fantástica y aburrida a veces, nocturna sin bancos ni empresarios. Somos una ciudad sin fecha de fundación, carta orgánica o panteón. Convivo con cosas que no tienen que ver con todo esto, con la fiesta de bichos, los ruidos, las certezas y los rompecabezas. Sin embargo eso se ata a esta ciudad y tengo que confiar en el rumbo que tomo y respirando hondo imagino solo lo bueno (pero falla tanto).
Vemos. A veces, cruzándonos palabras o barcos, nos indignamos o nos amamos. O eso quiero creer, porque de cualquier modo, ya todo o nada depende de lo poco o mucho que siento y lo mucho o poco que digas al respecto, y siempre termina sobrando.
Y ahora volveré
con el perdón partido entre los dientes
tan útil como un cospel muerto.
Me volveré a guardar
En una gruta inaudita
Oculta, en los escombros de lo
Que podría haber hecho.
Y mi yo más idiota tomó control
Como una quimera meando
La alfombra de la mente,
escuchando mi huida temí
Que fueras vos la que te ibas
Y autocumpli ese falsario
de idiotas o dementes.
Estoy vaciado, asqueado
Sucio y desprolijo.
¿Que pasa, que pasa?
Que me creí un icaro
Que pasa ahora. No convertirse
En moneda de lágrimas
En vergüenza barata.
Es el perdón porque un arrebato
Preso de películas y un ego
Del tamaño de mi cara
Me lincho hasta tu casa
Y seguí la marea panicida
Dañandote
Hiriente
Supurante.
Este dolor es todo mio
no lo comparto ni un cacho así,
ya bastante comprendo de
tierra
mar
nubes
montañas
todo parece trascendente.
Como último acto de tu magia
Para que todo tuviera sentido
Pasan los créditos
Y se cierra el telón.
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