Ah, te veo jugar con ellos,
y sos como una miniatura de diosa
fatua de la alegría.
Madre, oh y tan hermosa que eres;
(los edificios impresionan
Yo simplemente no resisto la presión
De un batallón de pulgones que vienen a devorar
Esta sonrisa)
se que no lo entiendo, solo rio y deseo
abrazarte como un gran
monstruo
feliz y desvanecido.
Tampoco, cuando niño,
En mi retrato desmemoriado no entendía las canciones
De Spinetta, y otras chucherías
-y me inventaba las letras de pu a pa-
(sigo haciéndolo, oh, hermosa vos como la canción)
y vos ¿Ves en mi ese niño que ama?
Lleno de baches, a veces ando a los tumbos
puedo caer tanto en una pila de hojarazca
como en el llanto, y aún
¿Ves en mi?
Oh y no me basta hoy con piezas de madera
y sucursales de banco Macro que me pudren;
ahora hoy vos sos la plaza, la fuente,
me has enamorado con tu sol, con tus encantos tibios
tus 31 años que son brazas,
Incendiario bondi a tu noviembre ombligo,
cambio de era, de tinta y de piel.
Me haces llorar
entre cosquillas, limpiando el alquitrán.
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