no había nadie al otro lado.
Entonces estuve solo
y mientras intentaba empezar un primer capitulo
de una novela escrita en un vidrio
que da justo a esos edificios grandes,
...
(cuando la tormenta se aproxima
y todos guardan los coches,
me miraste)
...
vos cerrabas el libro y era inútil.
Vidrios polarizados contra rajaduras
que bien podrían parecer medio
tonto, con cara descapotable,
un día de estos me voy a confundir con ellos.
Los que se refugian
o los que no tienen porque.
Tengo miedo por cambiar, de volverme ellos.
El tiempo cambia mucho, cambia a todos
un poquito
la nube mañana puede desaparecer
o besarte los pies.
Para eso el concreto
para eso también el pecho,
para todo lo demás
no se si existe Mastercard
pero existe la esperanza
y una foto escondida en la Kodak digital
de mi memoria
con todo tu cuerpo:
desnudo
y a contramano.
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