4 de diciembre de 2012

El lenguaje nuestro de cada día

Mire, todo por acá
el auto se mueve con palabra petroleo en tinta negra,
la ciudad se mueve en el idioma  de la vida
gris vida, pero al fin y al cabo, ¿que esperas?
Y por la esquina, si tiene cuidado
se encuentra un perro que si quiere,
de a monosílabos, va cantando sus ladridos
mire que avisé.

Por calle tanto y a tal altura
encontraremos que las vidrieras
se mueren chismeando el color de sus bombillas.
Para arriba, siguiendo escaleras
como quien brinda cumplidamente,
la luna también tiene un lenguaje.

Y acá, bueno, acá todos hablamos
el lenguaje nuestro (que es de todos),
pero para aprender
hay que cuidar del cíclope
bien conocido
del amor, el fuego
y algún que otro demonio.

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