15 de mayo de 2013

Dos veces despierto

Despertarse, como desayuno
tu boca, tu alma, porque no.
Un poema es como un paladar
quemándose con el té.

Libros largos como horóscopos
que no predicen nada.
Libretas libertades librerías.
Cajoneras y mesas llenas.

Revivir no fue lo difícil, dijo Jesús.
Lo complicado es que
me creyeran. -Yo que iba a entender-
si nunca creí en el.

Despertarse, como desayuno
tu pupo, tus ojos arremangados, porque no.
Un poema es como una frustración
que se va con el primer canto.

Libros cortos como resfriados
que no huelen a nada.
Pañuelos paseos trastabillemos
yo en cama, tu encima.

Y como pintaba la noche, dijo el Marinero.
Pinta a tormentar y olor
a mar de calmas. -Yo que iba a entender-
si mis mares se ahogan de tu fauces.

Desperezarse, porque no
como desayuno propongo
de tanto en tanto:

libros, té, besos, pupos,
bocas, almas, sexos,
imanes, caídas, y -yo que iba a entender-
más despertarses.

4 comentarios:

  1. gran despertar...debriera ser esto receta del médico

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  2. Sencillo, metáforas sutiles, caricia solar. Lindura este poema, suavidad plena para todas las mañanas por favor.

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