28 de julio de 2015

optimismo, voluntad, fe y otras mentiras del mercado global

I
No sé si no hablo mas
-mentira, sí lo hago-
de vos

ya sea porque
no volverás a leerme,
lo que me derrumbaría
y le esquivo al tema

ó
me leerías
como lees un chiste de globo bazuka, ponele,
con ese desprecio que merece
el azúcar artificial
o como al El Diario
de impronta nula periodismo cooperativo
¿menchevique? (que palabra que siempre quise usar);
que me llenaría de una tristeza
profunda de no tocarte
ni una fibra
pequeñisima
un nervio
un escalofrío

ó
tal vez
porque no entenderías
esta tristeza con tu nombre labrado
este dije con la fisura
de tu trascendencia
que aparece por momentos inesperados
no programaticos

las gaviotas y los linces que se dibujan
en mi cabeza relatandote
¿por inspiración
o por pereza emocional
de encontrarte
a un saltito de la memoria
de distancia?

pero peor aun sería
-para mi en este baño de egolatría versada-
si entendiendo
todo eso
que no pienso revelar
(como un secreto
que wikileaks le saca a G. Bush Hijo (de...))

no lograra
ni media sonrisa
de tu parte

porque no creo.
no se que no creo
pero no
tengo fe
en que me da miedo pensar las posibilidades.

II
Yo escribo para que hablen de mi.

Tal vez no entiendas porque
pero mi razón
es
simple

si al
optimismo de la voluntad
,
pesimismo de la razón
lo que con sangre no, con tinta entra

.
quiero estar
en (la) boca /de todos.


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