26 de octubre de 2014

Origami


Te veo con ese corazón en las manos
y te juro que a veces temo por su seguridad.
Lo tenes tan ligeramente
tan iluminadamente, y le das cuerda,
porque eso sabes hacerlo bien,
darle cuerda al corazón y esperar; y pones
el despertador a la hora exacta
y ahí nomas dormís y te levantas
a la hora que vos preferís para amar.
Y te juro, me da vértigo
porque tu cronograma tiene otras horas
porque tus pasillos tienen otras dimensiones
y porque sabes tan bien
como darle cuerda a un corazón
que algo de todo eso tiende a caer
fuera de toda perfección mecánica.

Y te veo, así, entregándote
y capturandote, jugando en esa soledad,
a todo eso que se siente en los pies,
es como el mar, o como el río, o como la tierra
a fin de cuentas, en su justo momento
todo esta moviendose de lugar
y no existen fichas perfectas que encajen
en el cien por cien.

Y vas y venís y no quiero seguirte
porque no pretendemos hacer rutas y check-in
ni planes, ni pie sobre pie;
pero pido permiso para mirar, para ver-te
y a veces me lo das
y soy feliz así, mirándote
ir y venir
entregarte
capturarte
y volverse al mar
o al río
o a la tierra
y sos todas esas cosas
mientras le das cuerda
a un corazón
que trasmuta
en origami.

3 comentarios:

  1. "Te veo con ese corazón en las manos
    y te juro que a veces temo por su seguridad."

    Fantástico. Fantástico.

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  2. Simplemente magnífico, dulce, llega al corazón...pero de quién??

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