29 de marzo de 2013

observante


Que suerte que te vi,
porque sino iba a extrañarte tanto
tanto
sin siquiera conocerte.

Ahora que tengo mis pocas
cualidades de chef mental
me voy a cocinar un guiso de lentejas y sorpresas.
No creo que de ingredientes, igual,
se trate esta formulación
de yo menos vos igual caldo de cultivo.

Que suerte que te vi,
Cruzaste triunfante la cuadra como
una modelo de fantasmas,
y escapeste como si fuera a asesinarte
si se te ocurría cruzar tres segundos antes
de que el semáforo cambiara a rojo.

No te conozco, pero que suerte
que te vi sin siquiera conocerte.
No creo que lo sepas
pero este poema es para vos
peatona que ni conozco
Atte: observante que ni conoces
(a.k.a. el que si decidió
cruzar en rojo)

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