Yo, ateo inverosímil de tus relatos
por tus labios por ahí entre
ese camino, podía creer
en la creación incierta de un dios
que nos andaba buscando
entre la esquina de tu vientre
((y mis manos))
Hoy también podes hacerme reír
felicitaciones
y hasta que la risa nos encuentre
y
nos
mate
despacio
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