15 de abril de 2013

Saberes sabores


Tras de mi nuca... se enreda el alma de mis cantos,
tras de mis versos las cinturas de un colibrí;
Un ave sensata y con sueño se despereza en mi camino,
desata en mi garganta un llamado al llanto marrón de las flores
de un guitarron criollo de todas mis memorias
de todos mis olvidos.

Viene cantando desde el río mi sangre,
en un bote de mares tranquilos que desfenestra
con los llanos de mis arboles
con los destinos de mis pies. Donde sea que voy
donde sea que estemos mañana.

No esperes que explique todo, yo no se
el sabor de los cerros
el color de los sueños
el calor de los ciegos.
No esperes, amor, no esperes
en la comas se van mis versos
sin puntos que frenen
sin miedo y sin saberes.

Tras de mi se enredan mis pasados, todos ellos
mi alma son mis cantos y mis cantos son otras penas
de gente que nace gritando la noche clamando de día
mi alma es el canto que dirige la orquesta del pabellón
de los olvidados, los fusilados,
los amores sin poema en otoño
los otoños sin amores en el poema.

Todos los besos todos, dicen letras
todas las letras todas, escriben nombres
infinitos en el piso carmín
en el cielo
o en el café

Que seamos bellos, amor
que seamos eternos,
que las estatuas se pudren en su pedestal
y el espíritu de mis estrellas
le manda cartas a tu garganta voraz
a los saltos y a los tropezones
a los sabores de tu corazón.
a los saberes de toda boca roja.

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