9 de julio de 2012

La vista de ver mirando


Estos días apaisados, donde los arboles secos y las golondrinas son un lejano invierno de cuerdas y de calores. Ahora que me estiro, tirando el pecho para afuera como saludando a un mundo impecable, me hago las preguntas de siempre.
Te noto igual por que es posible que estés igual, o mejor, perdoname la sinceridad. Si existe algo que moleste mas que las dunas de mis ojos cuando te miro (siempre siento tener un desierto en plena lluvia cuando te miro, es una sed eterna) y te tomo con los ojos y tengo un apuro por besarte, un ultimátum que se repite cada cierta cantidad de segundos, de minutos, no lo conozco. Y entonces me estiro y saludo con el aire a todo el cielo, y me hablas y yo escucho.

Vos extrañas el verano y me hablas de tus cosas y como no escucharte y que me lleguen todas esas realidades, como un disparo de sol, como una vereda del mundo. Si por eso me gustas, por que rompes el silencio. Luego intento hablar yo, pero no te alcanzo a decir ese diccionario que una vez te conté, ese idioma que vos sos, sigo sin alcanzar la meta. Y eso también es bueno a su manera. Si alguna vez un atisbo de ramo de flores secas podría llegar a salir de mi boca y lastimarte se que no me lo perdonaría, pero esa no es mi intención.

Tus labios son tema aparte, bien se que cuando los conjuro con los mios, simplemente  te recorro con la palma de las manos, con los dedos y los sentidos para encontrarte el alma. Esto también lo debes suponer, pero ese momento, ese tacto solo me asegura que estas ahí, no quiero confundir/te con una falsa alegoría a cuestiones mas físicas, ya no queda nada físico cuando te miro. Todo vos recuerda a algo bueno... ¿Qué sos a las 5 de la tarde cuando te miro y sonreís? ¿Qué sos a las 7 cuando aun no quiero que te alejes? ¿Qué sos en todo momento? Yo creo suponer que sos. Sos las ganas de querer que te olvides de todo lo que te dije para poder decírtelo de nuevo.

Si te ofrezco el corazón
intrincadamente creado
te pido por favor que veas
el punto donde me pierdo
ahí, en tus ojos/alma también corazón
mostrando que todo sentido
oculta un suspiro de vos

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