Esfumo el enroqué de mis peones fulanos
Matando el tiempo con las espadas de tus alfiles
De plazas sin frenos, que siguen de largo
A los caminantes diurnos que se van al cine
De las fotogénicas mentiras de autores sin lentes
(...)
Y como veo que el árbol no se mueve
Y tú no haces nada para ayudarlo con su empresa
Te acompaño sentándome en las ramas
Con tangos tallados en las hojas amarillentas
Entonces compartes el mate conmigo
Saludando al pasar las palomas violentas
Que no buscan en su vuelo
Mosaicos, más cicatrices que las curadas
Por haberte conocido esta tarde extraña
No hay comentarios:
Publicar un comentario