11 de julio de 2014

Nos sobre muertos



He derrochado el amor, se derramó como el café en las sabanas, como las palabras, como lo impreciso, en los pisos, en las escaleras, en los llantos.
He gastado hasta el hartazgo y no me sobró ni un poquito así verá. Lo gasté en poemas, cartas, rutas, deseos, canciones, libros, lo gaste todo en cajeros automáticos de la sucursales mas absurdas del alma, en los últimos peldaños de la evolución humana convertida en milenaria corriente zen por TV, lo destruí con hambre, sin hambre, con pena, con sueño.

Para llorar, no me sobró ni un poco de amor. Para armar con mis piezas algo parecido a un cuerpo, a un dolor, ni un toque, ni un fino pucho de amor. Una casa, o un refugio, o un recuerdo. No me bastó con tristes llantos ni sobró en mi escombro alguno de amor para las bombas del espanto. No tengo ni un gramo, ni una pizca, ni un puñado, menos que una pelusa, apenas memorias de ultimas gotas, apenas alguna molécula sin recuerdo triste truncado. No me quedo para llorar nada, pues quedarme es morir en el grito mudo del cielo enmudecido de barbaridades.

Gaste tanto el amor. El amor navegante, el amor surcido y el amor caminante. Hasta casi gasto las tildes para decir ámór, para doler donde es dolido, para besar donde es oculto.
Pero me dejaron la rabia. La triste rabia de miles de bocas hambrientas. La rabia digna, la digna garra, la de los lobos que ya no son hombres para los lobos, la de una naturaleza retorcida, la de un humano que no humaniza. Me dejaron la rabia, sí, la rabia, la misma de las bayonetas, la misma que las que tiran piedras porque no les dejaron ni sus casas. Comarcas prendidas fuego enteras, en la ruina de la memoria, orgullo muerto novedoso invento de una muerte que no termina de morir, de un Imperio que bajo obscuras deliberaciones dicese religiosas mata y mata, y nada deja. Mata y mata
Mata y mata
mata y mata
81 cuerpos hoy descansan
y yo no tengo ni un poquito de amor para dar

No quiero, pero me parezco a sus asesinos, si no tengo ni un poco
ni un recuerdo de amor para ellos. ¿Quien detendrá los fusiles?

Antes de todo, después del nada, ¿que cadenas, con que libertades, cortaremos?
No quiero, pero en el silencio
en los rostros
veo asesinos.

1 comentario:

  1. Que realidad tan cruel. Me pregunto, sólo me pregunto: Hasta cuando??? Será que el odio no tiene fin

    ResponderEliminar