27 de septiembre de 2012

Corto

Quiero ser contradictorio, como unas tijeras de papel... recortando mis ratos libres y mis libres ratos de albedrío con un poco de café, de té y esas migas que se quedan incrustadas entre las maderas de una mesa. Aquí estoy, donde me espere las ultimas veces y donde logre volver sin prestarme mucha atención a las heridas no existentes, a las suturas huecas.
Arte de Adams S. Doyle
Quiero ser contradictorio, te llamo silencio, te pongo de nombre silencio... para oírte a los  gritos, para buscarte a los gritos, y que no contestes, y que no pregunte. ¿Por que no estas? Por que seras otra vez otra, por que seré otra vez otro.
No, nosotros no cambiamos, mas bien no nos dimos cuenta que todo era lo mismo, que el toro de tiempo y unos pájaros hermosos tapaban la distancia del sol, de ciudades, pájaros hermosos como brujas de día, como cajas descompuestas y mal pintadas.
¿Que me vas a decir cuando me encuentre solo? ¿que te voy a decir cuando me presente en las memorias de mi somnolencia? Tenias razón, soy un poco despistado pero bien se entrometerme, la ventaja es esa, se entrometerme. Sepamos desde ahora, entre el café, el té y esas migas no queda mucho mas que este austero adiós, la pregunta de si pasaras por acá, por esta otra casa que tengo que son estas palabras. Quepamos en esas preguntitas, en esas noticias que se imprimen para vos.

Por esta cara de sangano que pide a gastos los gestos y las caricias.

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