20 de enero de 2010


La chica con botones se hamaca despacio. No puede ver bien, no distingue que el maltrecho árbol robótico hace esfuerzos por sostenerla. No nota su rota ropa, viste lo que ha sobrevivido a la violencia, esta completamente ciega. O no tanto, por que abajo distingue, entre la maleza y vidrios rotos, un oso de peluche.

El oso de peluche con ojos humanos es levantado por la chica con ojos de botones.

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